La evolución por la historia del cuarto de baño

El hombre, en su búsqueda por la mejora de la higiene personal, el puro desahogo biológico y el confort sensorial y social, como base de su bienestar, ha desarrollado a lo largo de la historia diversos artefactos y aparatos incorporados a las estancias de baño, que han conseguido consolidarse como uno de los espacios más cuidados de la vivienda doméstica actual.

En este artículo te ofrecemos un repaso a la evolución de los hábitos higiénicos, componentes sanitarios diversos y espacios destinados al noble arte del aseo y la higiene personal.

Salvo puntuales excepciones, en la Grecia Clásica y la Antigua Roma el baño constituía un acto público y social, en el que se ofrecía un verdadero culto al cuerpo, se practicaban la conversación y la cultura, según los diferentes estratos sociales y políticos.

Al entrar en la llamada Edad Media, dichas prácticas fueron mermadas hasta quedar reducidas a una práctica aislada en monasterios, palacetes y otros reductos no atractivos a una sociedad menos cohesionada social y culturalmente que las anteriores.

Los cien años del cuarto de baño

Hace aproximadamente un siglo, contar con un cuarto de baño en la casa era sinónimo de tener una posición privilegiada. En las construcciones más humildes el baño era de uso comunitario a principios del siglo XX y era un espacio por lo habitual situado fuera de la vivienda particular. No llegaría a ser un espacio añadido en la vivienda y de una manera homogénea en cada una de ellas hasta mediados del siglo XX. Hasta ese momento se irá abandonando progresivamente y, sobre todo en el ámbito urbano, la denominada letrina, disfrutando así cada familia en exclusiva un lavabo, a veces una ducha y en ocasiones, una bañera.

Mientras el siglo XX avanzaba, los cuartos de baño pasaron a formar parte de la distribución habitual de las casas. El cuarto de baños, era lo que su palabra decía, un cuarto independiente a la casa y para todos los habitantes de ella, con independencia del número que lo conformaran. Hoy en día en las construcciones de tres dormitorios en impensable que cuenten con un solo baño, lo normal es encontrarnos dos o incluso más dependiendo del número de habitaciones y el tamaño de la vivienda. En las viviendas unifamiliares o en viviendas de dos plantas, siempre encontramos dos baños en planeta superior y uno en planta baja, en ocasiones son aseos únicamente. En las plantas de sótano o en garajes de viviendas particulares también es habitual encontrar desde la obra nueva con aseos.

Del espacio aséptico al espacio de relax

La generalización del cuarto de baño como un espacio con presencia e importancia ha ido paralela a los avances en el campo de la higiene, el aseo y también a la importancia creciente que la sociedad le da a la estética y al relax. El cuarto de baño antes jugaba un papel puramente de limpieza personal. Las mejora de la higiene, la industrialización, la mejora de las infraestructuras de saneamiento y distribución, facilitaron en gran medida, la implantación definitiva del cuarto de baño doméstico.

Por lo tanto, el cuarto de baño en la vivienda popular pasa a ser el espacio asociado a la higiene, la salud, el confort y el relax. Durante gran parte de la segunda mitad de siglo el baño venía de serie en la vivienda común, pero casi siempre con un diseño y ubicación estandarizados. Se trata de un espacio meramente funcional, casi asépticos o clínicos, donde el diseño y la estética tienen poca cabida.

A partir de la década de los setenta, con el auge del crecimiento económico y la llegada de la nueva sociedad del consumo, se produce la revolución en el baño. Se introducen los colores, nuevos diseños y se produce una renovación del espacio. En los ochenta, el usuario comienza a crear su propio espacio y se multiplica la oferta en cerámicas y nuevos diseños. La estética cada vez cobra mayor importancia.

Década de los noventa y siglo XXI

En la década de los noventa la configuración del baño se va modificando. El bidé va cayendo en desuso y cobra más importancia el cuidado personal y el confort. En viviendas más grandes de nueva construcción se imponen dos espacios diferentes; el aseo con ducha, lavabo e inodoro y el cuarto de baño principal con inodoro, bañera-ducha, lavabo y también bidé. Además se introduce el concepto de dormitorio con baño en suite, para aquella estancia denominada dormitorio principal.

Entrados ya de lleno en el siglo XXI cada vez cobra más importancia la tecnología aplicada al ahorro y al confort, aparecen los reguladores de agua, grifos termostáticos, cisternas de doble carga…

La evolución del baño ha corrido paralela como muchas otros ámbitos de nuestra vida a la propia evolución de la sociedad. A veces es bueno mirar atrás para comprender que lo que hoy es normal hace unas décadas no lo era tanto y que el baño es un elemento indispensable para el higiene, la salud, el confort y el relax, todos ellos elementos importantes para la mejora y el desarrollo social.

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