El tamaño de las segundas residencias
Cuando tenemos la oportunidad de comprar una vivienda en playa, y más tomando en cuenta el tipo de construcción que se desarrolla en las zonas turísticas de costa, solemos tener acceso a viviendas de tamaño más reducido del habitual. Hacemos malabares para que entre toda la familia en una vivienda de uno o dos dormitorios. En otras ocasiones, nos encontramos con apartamentos tipo estudio en los que, en un mismo espacio, encontramos cocina, salón y dormitorio. Pues bien, esto no debe ser impedimento para crear un espacio de lo más acogedor y que nos permita disfrutar de nuestro tiempo de desconexión al máximo.
Cuanto más pequeño es un espacio, más creativos debemos ser a la hora de buscar soluciones. Si optamos por sofá-cama o camas nido, deben poder recogerse de una manera rápida para que no sea difícil (o dé pereza) ordenar el espacio. Hay alternativas como los puff-cama que resultan muy prácticas y multipropósito y es que siempre hay que hacer hincapié en que los espacios pequeños deben tener cabida para todas las actividades que desarrollemos en casa.
Hay que recordar también que, de manera general, una segunda vivienda en la playa debe tener los elementos justos para que pueda estar siempre ordenada. Mención aparte se merecen la limpieza y el mantenimiento. En la segunda residencia solemos realizar muchas actividades al aire libre y esto hace que, en nuestra vuelta a casa, todo se ensucie un poco más. Cuanto menos elementos tengamos en casa, más fácil será que se produzca el mantenimiento y que su aspecto siempre sea óptimo. La practicidad impera hoy en día y, con el ritmo de vida que llevamos – incluso en vacaciones – es necesario hacer una pequeña inversión de tiempo de antemano para dar con la tecla en cómo equipar, amueblar y decorar nuestra segunda residencia.
Trucos y claves si se trata de un estudio
Si tu vivienda en la playa es un estudio, hay infinidad de trucos para hacer que el espacio parezca más amplio. Tener cocina, comedor, zona de estar y dormitorio en un mismo habitáculo y en muy poquitos metros cuadrados no implica hacer un rompecabezas para poder disfrutarlo.
Empieza por la cocina. Aquí lo ideal es que haya pocos muebles y que tengan el frontal liso, sin biselados ni tiradores (lo que también ayudará a un fácil mantenimiento). En cuanto a los muebles altos, si la capacidad de almacenaje te lo permite, sustitúyelos por baldas para aligerar el espacio. Idealmente, la cocina debe ser blanca o clara y, si quieres darle una nota diferente, busca algún tono armonioso con el resto de la estancia. Y este es otro punto muy a tener en cuenta. Imagina el espacio como un todo: utiliza una misma base, un color de contraste y otro para las notas de color puntuales para toda la estancia en su conjunto.
En cuanto al comedor, puedes tener uno fijo no muy grande u optar por soluciones plegables para solo darle uso en momentos puntuales para que tengas menos elementos que impidan la circulación por la estancia.
La zona de descanso puede ser directamente un sofá convertible en cama con algunos otros elementos que sean fáciles de desplazar o recoger. En el mercado hay muchas opciones y aquí sí merece la pena hacer una buena inversión para poder descansar correctamente. Como con los demás elementos, que el sofá-cama sea fácil de plegar y recoger es fundamental. Si tienes espacio suficiente para tener una cama, hay algunas soluciones sencillas que te pueden ayudar. Por ejemplo, puedes separar el área de la cama con una cortina ligera para crear una habitación, aunque sea de manera meramente visual. Otra opción es la de pintar la pared de esta zona en concreto para que, sin mayores barreras visuales, se aprecie como un espacio diferente al resto.
Habíamos mencionado anteriormente la importancia de que los colores se mantengan de manera armoniosa y esto también es importante para el estilo decorativo. Si conservas el mismo estilo para la zona de descanso, la de estar, comedor y cocina, dará la impresión de que el espacio es más amplio.
Para los espacios pequeños siempre es un buen truco colocar espejos en lugar clave que den más profundidad y amplitud a la estancia.
En definitiva, cuando estamos de vacaciones, debemos dedicarle tiempo a lo importante: a la desconexión y el descanso. Como siempre mencionamos, estar a nuestro gusto en casa o segunda residencia debe ser la prioridad. Para ello, cuanto más fácil sea mantener el orden y la limpieza y cuanto menos nos haga trabajar nuestra propia casa, mejor que mejor.
Autora:
Gema Armenta
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