En los últimos tiempos estamos comenzando a darle valor a nuestra salud mental. Cada vez somos más conscientes de la importancia que tiene sentirnos bien con nosotros mismos, los límites que debemos establecer o a huir de lo que no nos hace bien. Esto, que es válido con las personas de las que nos rodeamos o nuestro trabajo, también se puede buscar y encontrar en nuestra propia casa.
Si eres de esas personas que ha encontrado una conexión con el momento gracias al mindfulness o pones en valor tu paz mental, también puedes aplicar algunas medidas en la decoración de tu casa para que esa paz sea total. Tu propia vivienda te puede ayudar a reconectar con tus necesidades, contigo y con tus sentidos. Precisamente, la sensorialidad de lo que nos rodea nos afecta mucho más de lo que nos imaginamos.
Para sentirte a gusto en un lugar, debes sentir cierto tipo de conexión, mucho más si se trata de tu propia casa. Vamos a hacer un ejercicio práctico: siéntate en un rincón cualquiera de tu casa y mira alrededor. El juicio que debes emitir ha de ser honesto. ¿Eso que ves te hace sentir bien o mal? ¿Ves orden o caos? Quizás veas un espacio susceptible de ser mejorado. También puede suceder que tengas muebles en casa que no elegiste tú o que tuviste que comprar por imposición. Si la conclusión a la que llegas es negativa, te proponemos algunos pasos a seguir para lograr conectar con tu hogar.
- Reorganiza el espacio. No comiences por tirar y comprar, sino por alterar la distribución. Piensa qué es lo que no te gusta y cambia algunas cosas o muebles de lugar. Si alguno no te gusta o no te resulta útil, dónalo o véndelo. Así facilitarás el siguiente punto.
- Amplía los espacios. Elimina lo que es superfluo y deja más espacio para transitar. Quita esos elementos que has conservado por compromiso o que no te dicen nada. Te quitarás un gran peso de encima (literal o figurado)
- Si lo consideras necesario, cambia el mobiliario y apuesta por materiales naturales, más conectados con el medio ambiente y que sean sostenibles. Muebles de madera, suelos de barro, cortinas de lino, alfombras de yute,… la lista puede ser tan larga como desees y te puedas permitir.
- Deja que la luz natural entre a tu casa. Si es el caso, sustituye cortinas densas por otras de tejido natural y más ligeras. Evita interferencias en las ventanas y llena tu casa de luz natural, está más que demostrado a estas alturas que te puede ayudar a sentir mejor.
- Crea un rincón especial para ti y disfrutar tus momentos especiales. Ya sea un lugar para leer, hacer yoga o meditar. Decóralo a tu gusto y añade algunos elementos que aporten esa sensorialidad que mencionábamos antes: velas, móviles, flores naturales o una alfombra bien mullida.
- En sintonía con la conexión que debemos disfrutar de nuestros sentidos, siempre es una buena idea tener plantas naturales a tu alrededor. Si eres un desastre con las plantas, basta con que tengas voluntad real de cuidarlas bien y mantenerlas. Las plantas son muy agradecidas con pocos cuidados y siempre nos dan margen para que aprendamos a tratarlas. No es necesario que te transformes en Neytiri, de la película Avatar. Simplemente, dale espacio a tus plantas para entender qué necesitan y ofréceselo en su justa medida.
- Date la libertad de añadir piezas artesanales de tu gusto. Llenarás el espacio de elementos que te hacen sentir bien y, además, colaborarás con algún artista y si es local, mejor que mejor.
- Por último, dale la importancia que merece hasta a la cubertería que utilizas. Es una sensación maravillosa estar en casa, mirar alrededor y sentirse bien con cada una de las cosas que utilizas a diario. No guardes la vajilla especial para ese día que nunca va a llegar. Si te gusta, utilízala. Igual sucede con las copas para ocasiones especiales. Dale la vuelta a ese pensamiento y haz que todos los días sean especiales utilizando esas copas con la bebida de tu preferencia.
Todas estas medidas, necesitan una medida adicional transversal y es el orden. Sin orden, todo lo que intentes hacer por tu paz mental no servirá para nada. Elimina el ruido visual y ten un lugar para cada cosa. En ocasiones es difícil mantenerlo, pero hay formas de involucrar a toda la familia y hacer que sea hasta divertido.
Nuestro día a día es bastante difícil, pero pocas sensaciones agradables hay como llegar a casa y sentirnos al fin en paz y conectados con nosotros mismo.
Autora:
Gema Armenta
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