Quieres darle un cambio a tu casa y no tienes claro qué estilo decorativo es el que más encaja con tu propio gusto. O te acabas de comprar una vivienda y no terminas de definir cómo la quieres decorar, te abruman la cantidad de posibilidades por las que puedes optar. Si estás en uno u otro bando, estás de suerte, ya que os vamos a presentar aquí tres estilos decorativos muy diferentes entre los que – muy probablemente – encuentres el que más encaja con tu personalidad.
Minimalismo cálido
Este estilo ha reinado en las últimas temporadas. Como su propio nombre indica, es cálido y acogedor, sin resultar abrumador. Con los elementos necesarios, con tonalidades claras cálidas, sin abusar de los estampados o los patrones muy cargados. La madera aquí es la base de los muebles, especialmente aquellas maderas que tienen poco tratamiento. Las formas son redondeadas y sinuosas, encontramos piezas únicas y artísticas. Siempre habrá referencias a la naturaleza a través del verde o directamente con plantas o árboles de interior.
Este estilo encaja a la perfección con personas que disfrutan del orden (cuanto menos haya que recoger, más ordenado estará el espacio) y que buscan la practicidad sin renunciar a lo bello. A estas alturas ya sabemos que ambos conceptos, belleza y practicidad, no tienen porqué estar reñidos. Igual sucede con la austeridad y la estética. En ocasiones, la belleza se encuentra en lo simple. También será tu estilo si te preocupa el cuidado de la naturaleza y te consideras una persona sostenible, ya que los materiales de origen natural son la esencia de este estilo, junto con los reciclados o sostenibles. Implica también haber adoptado opciones de consumo ajustadas estrictamente a las necesidades.
Estilo maximalista
Nos vamos al estilo radicalmente opuesto. Si en el anterior buscábamos espacios sencillos y nada sobrecargados, este estilo apuesta por el “más es más”. Y esto ¿qué quiere decir? La respuesta está en mezclar estilos, en utilizar colores vibrantes y mezclar patrones. No se trata de decorar de forma anárquica, porque todo debe tener un sentido y debe estar muy bien pensado. Se trata de agregar volúmenes, añadir capas decorativas, utilizar algunos elementos poco convencionales y llamativos.
Este estilo encajará contigo si tienes cierto gusto por el lujo, te interesa el arte o tienes tendencia a llenar los espacios. Si eres carne de mercadillo retro, no te gusta deshacerte de nada o tiemblas ante una pared vacía, apuesta por el maximalismo. Combina tapices, murales, cuadros, láminas,… llena el espacio con lo que más te apetezca, incluso si resulta excesivo, pero siempre encontrando esa combinación que resulta atractiva.
Estilo mediterráneo
Este otro, que no nos es ajeno por estos lares, está muy presente esta temporada. Los suelos de barro, tan característicos de este estilo, son tendencia. Otros elementos propios son los muebles de obra, las paredes encaladas, las tonalidades blancas y azules. Este estilo nos lleva al verano, nos permite crear espacios de interior y exterior casi sin transiciones. Nos facilita disfrutar de todos los rincones de nuestra casa. El uso de fibras naturales y la aplicación de colores orgánicos (verdes y azules), nos aporta esa incursión de la naturaleza en casa que tan bien nos hace sentir.
Si te gusta la artesanía y lo hecho a mano, te sientes cómodo con un estilo sencillo y práctico, pero no quieres prescindir del color, aplica el estilo mediterráneo. Si te consideras una persona alegre y eres feliz al aire libre, este estilo encajará en tu casa y el espacio exterior que exprimir al máximo. No es sobrecargado, se tiene lo que se usa y se usa lo que se tiene, por lo que también es práctico.
Los tres estilos son diferentes, aunque algunos son combinables entre sí. Se puede crear un espacio minimalista o maximalista con aires mediterráneos. Sin ir más lejos, si hacemos un viaje por los distintos países del Mediterráneo, los estilos basculan entre el exceso y la sencillez. Por otro lado, un análisis honesto de tu personalidad te puede ayudar a decantarte por uno u otro. Encuéntralo, aplícalo en tu casa y haz que tu casa hable por ti.
Autora:
Gema Armenta
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