Si miramos unos años atrás – no hay que irse muy lejos – y analizamos nuestras actitudes hacia el medio ambiente, probablemente nos vengan a la mente imágenes impensables hoy en día: luces o aparatos electrónicos encendidos sin usarse, agua que corre al desagüe sin más, o basura en el cubo de casa sin separar para reciclar.
Poco a poco y casi sin darnos cuenta, hemos cambiado de hábitos y de mentalidad: hemos adaptado nuestra forma de movernos, somos más conscientes de nuestro impacto en el medio ambiente y – en la medida de lo posible – lo adaptamos para no perjudicarlo. Pero resulta que nuestra casa y – aquí viene la novedad – su decoración, nos pueden ayudar también. Sabemos que las viviendas cada día son más eficientes energéticamente hablando o, en la medida de las circunstancias, tratamos de mejorarlas cambiando ventanas para evitar fugas térmicas o instalando sistemas eficientes para calentar el agua. Sin embargo, cuando nos encontramos ante el lienzo en blanco de una nueva casa y nos planteamos cómo darle el mejor uso decorándola o queremos renovar su decoración, obviamos muchas de las posibilidades que tenemos para causar el menor impacto posible en el medio ambiente.
Te propongo ponerte unas “gafas verdes” y, si estás descansando en casa mientras lees este artículo, mires a tu alrededor y te hagas algunas preguntas como las siguientes: dónde se ha fabricado ese mueble, de qué materiales está compuesto, si realmente necesitas ese cuadro o lo compraste sin pensar, qué pintura utilizaste para decorar tus paredes, qué tipo de tejido tiene este sofá…
Si las respuestas no te satisfacen y quieres poner de tu parte para tratar de ser lo más sostenible posible en tu día a día, te propongo algunas sugerencias.
Claves para una decoración sostenible
Para empezar, podemos hablar de las pinturas. En el mercado podemos encontrar opciones ecológicas, elaboradas al agua, libres de plomo y tóxicos que se fabrican con estándares de respeto al medio ambiente. Si queremos optar por algún papel decorativo, también los hay libres de PVC, con un proceso de producción respetuoso y reciclables cuando lo queramos sustituir.
En cuanto al mobiliario, hay varios puntos a tener en cuenta. En primer lugar, hay que hacer una compra responsable para no tener más muebles de los que necesitamos y que, eventualmente, nos sobrarán. Por otro lado, debemos considerar los materiales con los que se ha fabricado, si es reciclado o reciclable o si es duradero. Siempre es buena idea darle un nuevo aire a un mueble antiguo, dándole un aspecto más natural con un lijado y barnizado al agua o bien, pintándolo, para lo que también hay pinturas ecológicas. Otra opción que permite tener muebles sostenibles es pedir que los hagan a medida para que sean exactamente lo que necesitamos, además de ser de calidad y favoreciendo el empleo local. Éste también es otro punto a tener en cuenta y es que siempre podremos recurrir a un fabricante local que utilice productos de proximidad para evitar la huella ecológica de ese elemento en la medida de lo posible.
Si prestamos atención a los textiles, lo ideal es optar por fibras naturales, como el algodón o el lino orgánicos. Los materiales reciclados y tratados con buen gusto también pueden ser una muy buena opción. Si se quiere ir más allá y elegir una decoración vegana, habría que tomar en cuenta que debemos desechar las opciones del cuero para el sofá, la seda para las cortinas o las plumas para el relleno de las almohadas o cojines, por poner algunos ejemplos.
Recientemente, y gracias a la tendencia “urbanjungle” le hemos perdido el miedo a decorar con plantas naturales. Tener vegetación en nuestras casas favorece el reciclado del aire, permitiendo tener un ambiente más limpio, además de darle un toque de aire fresco al conjunto. Hay plantas muy agradecidas que requieren cuidados mínimos y que aportan mucha vistosidad.
También es importante prestar atención a esos elementos decorativos, para lo que es ideal acudir a artesanos o artistas locales. En cuanto a los utensilios que utilizamos, te habrás dado cuenta de que ahora hay infinidad de opciones de bambú para las vajillas, cubiertos, accesorios y mobiliario. Esto es así porque es una planta muy reproductiva y su consumo es más sostenible que el procedente de otros árboles.
Las “gafas verdes”
Tener esas “gafas verdes” de las que hablaba antes implica cambiar profundamente nuestra perspectiva para tomar decisiones responsables con nuestro entorno y la sociedad presente y futura, así como aplicar la ética del consumo en nuestro día a día. En el caso que nos ocupa, esas “gafas” especiales nos pueden ayudar a decidir si realmente necesitamos comprar un mueble nuevo o no, a elegir bien para que el resultado sea lo más duradero posible, a crear espacios que tengan el menor impacto en el medio ambiente, mientras nos aportan un bienestar añadido: el del confort del hogar responsable, verde y consciente.
Autor:
Gema Armenta
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